GRAN VÍA DE COLÓN
La Gran Vía de Colón o como se le llamó a comienzos del siglo XX la Gran Vía del Azúcar, nos muestra a nuestro paso una serie de edificios que han sabido conservar esos elementos arquitectónicos tan de moda en la sociedad de principios de siglo anterior. Aquellas familias que habían aumentado su patrimonio con la industria de la caña de azúcar y las industrias azucareras de la Vega decidieron levantar y crear esta calle con edificios a semejanza de aquellos otros que ya existían en las capitales europeas más importantes del momento. El primero de todos ellos fue la Iglesia del Sagrado Corazón, levantado en 1910.
Es por esta calle de la Gran Vía donde se realiza la entrada a la Catedral considerada como la primera iglesia renacentista de España y uno de los mejores exponentes de este estilo. Iniciada en 1523 se concluyó casi 200 años después, en el año 1704. Muy cerca de la Catedral, la Capilla Real, lugar de sepultura de los Reyes Católicos y de su hija, Juana de Castilla y Felipe el Hermoso, padres del Emperador Carlos V.
Al final de esta calle Gran Vía subimos por la Avda. del Hospicio y dejamos a nuestra izquierda el edificio del Hospital Real, actualmente sede del Rectorado de la Universidad y otros servicios universitarios.
Al comenzar nuestra subida por la antigua carretera de Murcia podemos apreciar cómo vamos dejando a nuestros pies la ciudad de Granada y empezamos a divisar algunos de los edificios que sobresalen de este paisaje que se extiende por la Vega granadina.
ALBAICÍN
Esta antigua ruta que llevaba hacia el levante nos muestra parte del barrio del Albaicín, el barrio más antiguo de Granada con numerosos restos de murallas algunas de ellas correspondientes al periodo Zirí del siglo XI. Las vistas que se pueden contemplar camino del Albaicín por la antigua carretera de Murcia nos muestra una imagen muy diferente del conjunto de Alhambra y Generalife a las que nos enseñan en los libros, todo el barrio del Albaicín y la Vega de Granada a nuestros pies... una imagen para guardar en la retina.
Nos adentramos en este singular barrio del Albaicín declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994 a través de la calle Pagés y la Placeta del Abad. A nuestro paso se asoma la Iglesia Colegiata del Salvador, lugar de enseñanza para los niños moriscos tras la conquista de Granada. Es en esta iglesia donde también se conservan los “sambenitos” una prenda utilizada originalmente por los penitentes católicos para mostrar público arrepentimiento por sus pecados, y más adelante por la Inquisición para humillar a los condenados por delitos religiosos. En origen se trataba un saco de lana bendecido por el cura, de donde viene el nombre de saco bendito que da lugar a sambenito.
Callejeando por este barrio Patrimonio de la Humanidad llegamos a nuestra parada en el famoso Mirador de San Nicolás. Antes de disfrutar de nuestra segunda vista sobre la ciudad, es preciso comentar que junto a este lugar se encuentra la nueva mezquita aljama de la ciudad. Un edificio que se terminó en 2003 y que se tardó 23 años en su construcción, debido a los restos de origen romano aparecidos en el entorno. Desde el jardín de la mezquita se puede disfrutar igualmente de esa imagen de la Alhambra que se ofrece majestuosa desde la colina de la Sabika.
Desde el mirador de San Nicolás descubrirá esa placita desde donde se puede disfrutar de la vista más espectacular de la Alhambra.
Y además esa cuesta que recorre paralela la muralla de la Alhambra llegando hasta el Generalife; algunas iglesias situadas en la Carrera del Darro, como San Pedro o Santa Ana, y la ciudad más moderna: el Museo Memoria de Andalucía.
Junto a la iglesia de San Nicolás uno de esos 28 aljibes que abastecían de agua el barrio del Albaicín hasta no hace mucho tiempo.
Seguimos recorriendo este barrio de calles estrechas y muy cerca del mirador llegamos a la plaza de San Miguel Bajo. Lugar imprescindible durante la Semana Santa ya que es el lugar desde donde sale la imagen de la Virgen de la Aurora y recorre las calles del barrio hasta llegar al centro. Zona de tapeo y de terrazas al aire libre donde disfrutar de una soleada mañana o de una agradable tarde.
Atravesamos la Puerta de Elvira o Arco de Elvira, principal acceso a Granada durante la época islámica para encaminarnos hacia nuestro siguiente mirador dentro del recinto alhambreño. El nombre de Bab Ilvira o puerta de Elvira se debe a que era el camino hacia la antigua Medina Elvira, capital de la provincia o Cora durante el siglo XI, fecha de su construcción.
A lo largo de la calle Elvira sale a nuestro paso tiendas de anticuarios y la famosa calle de las teterías: Calderería Nueva y Calderería vieja. Lugar de encuentro a media tarde de todo aquel que desee tomar un té con pastas andalusíes en un ambiente diferente.
Al pasar la plaza de Isabel la Católica, nos adentraremos en el barrio del Realejo para llegar en unos minutos a nuestro siguiente objetivo: la Alhambra.
La plaza muestra el monumento de Isabel la Católica escuchando esos detalles del proyecto que le presentó Cristóbal Colón y que finalmente dio como resultado la llegada de éste a América en octubre de 1492. Obra del escultor Mariano Benlliure para conmemorar el 500 aniversario del descubrimiento.
El barrio del Realejo o antiguo barrio judío estuvo habitado incluso antes de la llegada de los árabes en el 711. Barrio situado a los pies de la Alhambra se conoció como Garnata al Yahud (Granada de los judíos) hasta que los cristianos tomaron la ciudad renombrándolo como Realejo pues había sido tomado por la corona. Subiendo la cuesta del Caidero dejamos a un lado la casa del músico Manuel de Falla, donde disfrutó de unos atardeceres extraordinarios y se inspiró para componer la universal “Noche en los jardines de España”.
ALHAMBRA
Atravesando el bosque de la Alhambra llegaremos a nuestro destino: la plaza de los Aljibes de la Alhambra, junto al Palacio de Carlos V. El Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife es en la actualidad uno de los lugares patrimoniales más visitados del mundo. A sus valores históricos como ciudad palatina de la dinastía nazarí (siglos XIII al XV) se suman su inigualable estética y un emplazamiento único y singular que tiene por horizonte las cumbres de Sierra Nevada y como límite de perspectiva visual los llanos de la Vega.
La plaza de los Aljibes, espacio donde haremos nuestra parada, se llama así porque bajo ella se encuentra un gran aljibe que mandó construir el conde de Tendilla, primer alcaide de la Alhambra tras la conquista cristiana. Es una gran explanada que ha sido escenario de grandes acontecimientos culturales de la ciudad.
Para llegar atravesaremos la puerta del Vino, una puerta interior del recinto que daba paso a la calle Real Alta y la Medina de la Alhambra, lugar donde se encontraban las viviendas de los casi 2.000 habitantes que tuvo esta ciudad palatina. Desde la plaza de los Aljibes.